miércoles, 10 de septiembre de 2014

La Sallana

La Sallana es una leyenda mexicana que proviene de la época colonial, y su origen está en la ciudad de Villavicencio. Allí vivía una mujer de familia aristocrática, felizmente casada con un hombre honorable. El matrimonio contaba  con un hijo pequeño.
Esta mujer contaba con todo lo necesario para llevar una vida feliz y llena de comodidades.
No obstante,vivía obsesionada con todo lo que decían de ella y su familia. Poseía un carácter neurótico y celoso,lo que hacia que la mujer vigilara constantemente a su marido;y es que aunque el estuviera plenamente enamorado de ella no era suficiente,los celos y la duda perseguían siempre a la mujer.
Intentaba evitar todo tipo de chismes,pero era difícil,por lo que empezó a rondar los lugares que visitaba su marido,en busca de signos de traición
Un día se enteró del rumor que la destruiría y a su familia.
los cotilas del pueblo empezaron a decir que su marido la estaba engañando con su propia madre.Por l oque la joven se volvió completamente loca presa de los celos. Creyó ese cotilleo y rápidamente se difundió por el pueblo.
 Antes de que alguien pudiera hacer algo, degolló a su marido mientras dormía y lo descuartizo.Su hijo no corrió mejor suerte,pues fue asesinado también por ella.
Tras estos crímenes se dirigió a casa de su madre y la apuñalo repetidas veces y después quemo la casa para no dejar huellas.Antes de que las llamas alcanzaran a  su madre moribunda y con su ultimo aliento le dijo que había cometido el peor pecado, matar y le lanzó una maldición: “Tu nombre será Sallana, y vagarás por los llanos asustando borrachos y cotillas”
A partir de ese momento,la joven se aparece vestida de negro por los llanos de la comarca.Camina sola por la calle y atrae la atención de su victimas cuando están cerca,normalmente borrachos.Una vez tiene contacto visual,abre su ropaje y deja ver su cuerpo y verdadero rostro,marcado por la muerte y la desolación.
También suele presentarse ante las mujeres cotillas, a las que persigue, recordando que todos sus pesares provienen de las habladurías y de sus propios celos enfermizos.





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