jueves, 19 de junio de 2014

El mitos trágicos♥

Mito de Hero y Leandro

Hero era una sacerdotisa de Afrodita que vivía en una torre en Sestos, en el extremo del HelespontoLeandro (Leandros, o Λέανδρος), un joven de Abidos al otro lado del estrecho, se enamoró de ella. 
Los padres de ambos jóvenes se opusieron a que se casaran como era su deseo, y un día, hartos de sus encuentros a pesar de las indicaciones que les hacían, les prohibieron terminantemente cualquier contacto. Los jóvenes idearon un plan para verse en secreto.
Cada noche, Hero encendía una lumbre desde la torre, y ésta servía de guía para que Leandro, en la orilla opuesta, cruzase y llegara hasta ella. Una noche, sin embargo, hubo un fuerte vendaval que apagó la lumbre encendida por Hero, por lo que el amante perdió el camino y pereció ahogado. Hero se lanzó desde la torre, suicidándose.




Mito de Apolo y Dafne
Apolo, gran cazador, quiso matar a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso.
Habiéndola herido con sus flechas, la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas.
Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sientieron ofendidos de que allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y fundo unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran anfiteatro, en la colina que había junto al templo.
Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:
- ¿Qué haces, joven afeminado -le dijo-, con esas armas? Sólo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo de matar a la serpiente Pitón, cuyo enorme cuerpo cubría muchas yugadas de tierra. Confórmate con que tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.
Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha, que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Daphne, hija de la Tierra y del río Ladón o del río tesalio Peneo, mientras a ésta le disparó otra flecha que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.
Apolo la persiguió y cuando iba a darle alcance, Daphne pidió ayuda a su padre, el río, el cual la transformó en laurel. En otras versiones, Daphne pide ayuda a su madre Gea. La metamorfosis de Daphne ha sido magistralmente descrita por Ovidio:
“Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza”.
Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos. Por último le dice:
- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el alborozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes.
Existe otra versión del mito en la que Daphne es hija de Amiclas. Gran amante de la caza y de las montañas lejanas a las ciudades, es la preferida de Artemisa. Leucipo, hijo del rey de Élide, Enómao, estaba enamorada de ella, por lo que se vistió de mujer para poder acercársele. Así disfrazado se convirtió en su compañero inseparable, hasta que Apolo, celoso, inspiró a Daphne y sus compañeras el deseo de bañarse en una fuente.
Leucipo se negó pero sus ellas le obligaron a desnudarse, descubriendo así su engaño. Furiosas, se lanzaron sobre él, pero los dioses lo volvieron invisible. Entonces, Apolo se precipitó para atrapar a Daphne pero ella consiguió escapar y le rogó a Zeus que la convirtiera en laurel, que es el significado de Daphne en griego.
 Mito de Orfeo y Euridice
Eurídice era una dríade (ninfa) y era a la esposa de Orfeo (poeta y músico divino).
Orfeo amaba profundamente a su bella esposa quien acostumbraba pasear con las náyades.
Una vez en que la bella Eurídece caminaba en uno de sus paseos, por un prado de Tracia fue vista -según Virgilo- por Arsisteo, quien prendado inmediatamente de ella, la persigue para hacerla suya. Ella escapa con gran velocidad y miedo, pues su corazón sólo le pertenece a Orfeo. En su huída, Eurídice es mordida por una serpiente y muere.
Orfeo, desconsolado la llora y su desesperación no encuentra consuelo, por lo que toma la arriesgada decisión de ir en busca de su dulce y amada esposa al Hades, la tierra de los muertos.
Con su dulce canto y su poesías, Orfeo logró conmover a Caronte, quien lo deja atravesar el río Estigia, límite entre el mundo de los vivos y los muertos. Después, también con sus habilidades artísticas Orfeo logra convencer a Perséfone y a Hades de que le permitan llevarse a Eurídice.
Las divinidades subterráneas aceptan que se la lleve, pero Orfeo debe prometer que no intentará ver a su esposa hasta que la haya llevado a la luz del sol.
Entonces, según lo convenido, Eurídice seguía a Orfeo en el camino hacia la luz, y en el momento en que estaban a punto de abandonar las oscuras profundidades, Orfeo tuvo dudas.
Así, empezó a pensar en la posibilidad de que Perséfone lo hubiera engañado y que Eurídice no viniera tras él, por lo que no pudo soportar la tentación y se volvió para mirarla y corroborar que ella venía con él.
Cuando esto ocurrió, Eurídice fue arrastrada por una fuerza irresistible otra vez hacia el Hades. Orfeo, desesperado, intenta ir de nuevo a rescatar a su amada, pero esta vez Caronte no se lo permite.
Orfeo regresó a la Tierra solo y desamparado y mantuvo fidelidad a su esposa hasta su muerte.



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